Existen diversas razones por las que los dientes pueden perder su blancura, desde factores genéticos hasta influencias ambientales. La causa más común es la aparición de manchas superficiales en el esmalte, provocadas por la ingesta diaria de alimentos y bebidas, así como ciertos hábitos. Con el tiempo, estas manchas pueden penetrar en la dentina, la capa que se encuentra bajo el esmalte, oscureciendo los dientes debido a la translucidez natural del esmalte.
Existen diferentes métodos, que van desde tratamientos profesionales hasta productos de venta libre, como pastas y tiras blanqueadoras. El primer paso es una consulta con un especialista dental.
La duración de los resultados del blanqueamiento varía según el tipo de tratamiento elegido. Aun así, hábitos como consumir alimentos o bebidas que manchan pueden afectar la duración del tratamiento con el tiempo.
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